La educación actual está muy influida por las nuevas tecnologías, las nuevas formas en las que los aparatos electrónicos se están integrando en las clases, lo que está suponiendo un evidente cambio de paradigma a la hora de llevarlas a cabo. Y es que durante cientos de años las clases siempre se han dado de la misma forma, a través de las exposiciones del profesor, tomando apuntes o, más recientemente, con libros de texto y fotocopias. En los últimos tiempos, sin embargo, el uso de aparatos electrónicos ha dado mucho más dinamismo a esas explicaciones, convirtiendo el aula en un lugar totalmente renovado donde el profesor puede mostrar la explicación no solo a través de la palabra, sino también con textos, fotos e imágenes, interactuando de hecho sobre todo ese contenido en el mismo momento en el que lo está exponiendo. Para eso sirven las pizarras interactivas.
Este tipo de dispositivos se han convertido en uno de los más novedosos y populares dentro de la nueva hornada digital que ha entrado en las aulas en los últimos tiempos. Utilizadas principalmente por los profesores, ya se están distribuyendo también pizarras interactivas para los alumnos, especialmente para los más pequeños, así como pizarras para los profesionales que encuentran en ellas un dispositivo perfecto para poder desarrollar su trabajo, como si fueran tablets más sofisticadas y con mayor conectividad. La posibilidad de utilizarlas todos a las vez en clase, pudiendo participar activamente de la lección, ha hecho que muchos centros se hayan decidido por incluir este tipo de pizarras en sus aulas, en busca de un mayor rendimiento académico de los alumnos de estas nuevas generaciones, siempre interesados en los aparatos electrónicos.
Qué son pizarras interactivas
Las pizarras interactivas son dispositivos que se conectan, normalmente de forma inalámbrica, a un ordenador o a un proyector, y que permiten al profesor o al alumno trabajar con el ordenador, dirigiéndolo sobre esa pizarra como si fuera casi una pantalla táctil. Esto se puede hacer con un bolígrafo especial o a veces incluso con el propio dedo. Las pizarras digitales más grandes sirven en las aulas para darle un toque novedoso a las lecciones, que ahora se convierten en interactivas y pueden darse sobre la marcha, cambiando cosas, mostrando fotografías, vídeos, nuevos textos, o corrigiéndose en la misma pizarra, ya que también se puede escribir sobre ellas. Todo esto de forma cien por cien digital y compartida por toda la clase.
El uso de las pizarras interactivas
El uso más habitual de las pizarras interactivas se da en los colegios e institutos, en clases donde este tipo de dispositivo está intentando reemplazar a la pizarra de toda la vida, que desde luego se ha quedado ya bastante obsoleta. A diferencia de las pizarras clásicas, en las pizarras interactivas podemos tener toda la información que queramos a través de su conexión digital con el ordenador, es decir, con Internet. Podemos desde ver vídeos a analizar una imagen añadiendo comentarios sobre la misma, que luego se borrarán fácilmente. Esto permite que haya mucho más dinamismo en las clases, y que las lecciones sean más completas, ya que ahora disfrutamos de mejores herramientas para poder ofrecerlas.
Además de estas inmensas pizarras, que suelen tener al menos metro y medio por un metro de alto, también existen otras más pequeñas, utilizadas casi siempre como tablets gráficas, que pueden conectarse precisamente a la pizarra “maestra” a través de la conexión Wifi o Bluetooth, para tener todo ese contenido que se está viendo en la pizarra grande también en la nuestra. Este tipo de pizarras, más pequeñas y que no suelen superar las diez pulgadas, pueden utilizarse tanto por los niños para el aprendizaje, como por profesionales del dibujo, por ejemplo, ya que cuentan con una pantalla especial preparada para que se dibuje sobre ella, facilitando muchísimo el trabajo de creación para estos artistas.
Pizarras interactivas para niños
El hecho de que los más pequeños nazcan hoy en día casi con una Tablet bajo el brazo ya nos da buena cuenta de la necesidad de incluir estas nuevas tecnologías en el aprendizaje. Primero, porque serán indispensables en sus trabajos el día de mañana. Y segundo, porque facilitan muchísimo la interacción de los niños con lo que aprenden, a través de juegos y aplicaciones. Estas pizarras interactivas son muy interesantes para entregarlas a los niños, porque pueden jugar con ellas mientras aprenden, dibujar, realizar operaciones matemáticas, ver vídeos divertidos… Es un juguete electrónico, sí, pero muy apropiado para su edad, porque les permite desarrollar todo es e potencial que llevan dentro.
Precio de pizarras interactivas y dónde comprarlas
Las pizarras interactivas suelen ser dispositivos habituales en los colegios y academias, pero no tanto en las casas particulares, ya que su precio no es precisamente económico. De hecho, las pizarras interactivas de gran tamaño, las que se suelen colocar en las clases para las presentaciones y lecciones de los profesores, suelen estar por encima de los 500 euros. Dependerá también de la conectividad que tenga y de la calidad de la propia pizarra, del material del que esté hecha, no solo del propio tamaño, que es lo primero en lo que seguramente nos vayamos a fijar cuando queramos comprar una.
Si nos basta con una pizarra interactiva más pequeña, ya sea para realizar nuestros esbozos y dibujos o para dársela a nuestro crío como pizarra individual para que juegue y aprenda, el precio puede bajar algo más. Las encontraremos entre los 150 y los 400 euros aproximadamente, dependiendo también de la potencia de la propia pizarra interactiva. Si somos profesionales del dibujo y buscamos algo de mucha calidad, evidentemente el precio subirá bastante, sobrepasando los 1000 euros en muchas ocasiones. Estas pizarras interactivas se pueden encontrar en tiendas especializadas, de informática, de educación, tiendas TIC que ofrecen un buen repertorio de dispositivos para el aprendizaje, etc…